viernes, 23 de enero de 2009

Factores bióticos

Factores bióticos
En la ecología, son todos los organismos que comparten un mismo ambiente en un tiempo determinado. Una población, es el conjunto de animales, que están en una misma zona.
Son todos aquellos organismos que tienen vida, sean unicelulares u organismos pluricelulares, por ejemplo animales, vegetales, microorganismos, etc.
Se denominan factores bióticos a las relaciones que se establecen entre los seres vivos de un ecosistema y que condicionan su existencia. Por ejemplo: un león, una gacela, una araña..
Los Componentes Bióticos son toda la vida existente en un ambiente. Los individuos deben tener comportamiento y características fisiológicas específicos que permitan su supervivencia y su reproducción en un ambiente definido. La condición de compartir un ambiente engendra una competencia entre las especies, competencia que se da por el alimento, el espacio, etc.
Los factores bióticos se pueden clasificar en:
Productores o Autótrofos, organismos capaces de fabricar o sintetizar su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas como dióxido de carbono, agua y sales minerales.
Consumidores o Heterótrofos, organismos incapaces de producir su alimento, por ello lo ingieren ya sintetizado.

Factores abióticos
Los factores abióticos son los distintos componentes que determinan el espacio físico en el cual habitan los seres vivos; entre los más importantes podemos encontrar: el agua, la temperatura, la luz, el pH, el suelo y los nutrientes. A continuación se discutirá brevemente como cada uno de estos factores juega un papel en el desarrollo de la vida. Son los principales frenos del crecimiento de la población. Varían según el ecosistema de cada ser vivo. Por ejemplo el factor biolimitante fundamental en el desierto es el agua, mientras que para los seres vivos de las zonas profundas del mar el freno es la luz.

Luz (energía radiante) [editar]
Del total de la energía solar que llega en la Tierra (1,94 calorías por centímetro cuadrado por minuto), casi 0,582 calorías son reflejadas hacia el espacio por el polvo y las nubes de la atmósfera terrestre, 0,388 calorías son absorbidas por las capas atmosféricas, y 0,97 calorías llegan a la superficie terrestre.
La luz es un factor abiótico esencial del ecosistema, dado que constituye el suministro principal de energía para todos los organismos. La energía luminosa es convertida por las plantas en energía química gracias al proceso llamado fotosíntesis. Ésta energía química es encerrada en las sustancias orgánicas producidas por las plantas. Es inútil decir que sin la luz, la vida no existiría sobre la Tierra.
Además de esta valiosa función, la luz regula los ritmos biológicos de la mayor parte de la especies.
La luz visible no es la única forma de energía que nos llega desde el Sol. El Sol nos envía varios tipos de energía, desde ondas de radio hasta rayos gamma. La luz ultravioleta (UV) y la radiación infrarroja (calor) se encuentran entre estas formas de radiación solar. Ambas son factores ecológicos muy valiosos.
Muchos insectos usan la luz ultravioleta para diferenciar una flor de otra. Los humanos no podemos percibir la radiación UV. Actúa también limitando algunas reacciones bioquímicas que podrían ser perniciosas para los seres vivos, aniquilan patógenos, y pueden producir mutaciones favorables y desfavorables en todas las formas de vida.

AGUA
Es la substancia más abundante sobre la tierra, puesto que cubre un 78 % de la superficie; los océanos tienen una superficie dos veces mayor que la de los continentes, y desde un punto de vista volumétrico, estos implican un espacio vital 300 veces mayor que el terrestre; además el agua es uno de los elementos indispensables para la vida, ya que es el componente más abundante de los seres vivos (60 a 70 % en el ser humano), forma parte de las células, del plasma sanguíneo y del líquido intersticial, es el disolvente general del organismo y líquido imprescindible para el transporte, la regulación térmica, las funciones metabólicas. Se puede definir como un líquido incoloro, inodoro e insípido, formado por la unión de dos moléculas de hidrogeno y una de oxígeno. El agua es un recurso renovable que determina la clasificación del ambiente en dos grandes hábitats, el acuático y el terrestre.
La evaporación del agua se acumula en la atmósfera, formando nubes que al condensarse, se precipitan en forma de lluvia, granizo o nieve; al caer nuevamente sobre la superficie terrestre, el agua se filtra, es recogida por los ríos y nuevamente transportada hacia los mares y lagos, iniciando nuevamente el ciclo.

ALTITUD Y LATITUD
En general, los aumentos progresivos de latitud y altitud causan efectos térmicos. En cuanto a la distribución de los seres vivos, las variaciones de latitud y altitud causan cambios térmicos y por consiguiente, modifican esa misma distribución de los seres vivos, los que peculiarmente presentan formas de dispersión paralelas si se trata del aumento de latitud que se define como el alejamiento paulatino del ecuador, o del aumento de altitud que se refiere a la altura sobre el nivel del mar.

El suelo posee todas las reservas de materiales orgánicos, minerales, agua y oxígeno que se requieren para el buen funcionamiento tanto de los productores de nutrientes como de los consumidores. En el grupo de productores encontramos plantas fotosintéticas, mientras que el grupo de consumidores lo conforman el resto de organismos del ecosistema: animales, hongos, bacterias no fotosintéticas, actinomicetos, protozoarios, etcétera.
El nivel de materia orgánica se degrada paulatinamente a través de los ciclos de mineralización, por la adición de heces fecales y cadáveres de los organismos que viven sobre y dentro del suelo, formando el “humus”. Por lo tanto el humus es el material coloidal formado por las secreciones de las raíces de las plantas y materia orgánica proveniente de los organismos de la superficie.
HORIZONTES DEL SUELO.- Cuando se describe el suelo desde la parte más superficial hasta la más profunda, es decir hasta el lecho rocoso, se dice que se está realizando un “perfil del suelo”.
Cuando este se realiza pueden reconocerse las diferentes secciones constitutivas del suelo, las cuales se denominan “capas u horizontes”; dichas capas se tipifican con base en su constitución y apariencia; por ejemplo: color, apariencia pedregosa, manchas o secciones, etcétera.
HORIZONTE A00 Y A0.- Estos son considerados los horizontes orgánicos del suelo, ya que de existir en ellos arcilla, se puede retener hasta un 30 % de materia orgánica. Dichos horizontes forman lo que se conoce como mantillo orgánico derivado de plantas y animales.
A1, A2 Y A3.- Son considerados horizontes minerales, pues su contenido de materia orgánica es menor del 20 %.
HORIZONTE B.- El horizonte B es aquel donde se manifiestan en forma sobresaliente la iluviación (acumulación) de arcillas silicatadas, hierro, aluminio o humus. Entre los horizontes A1, A2, A3 y hasta el extremo del horizonte B, se considera que está presente el “suelo verdadero”.
HORIZONTE C.- A menudo el horizonte C ha sido llamado “material parental del suelo”; allí se acumulan sales como los carbonatos de calcio y de magnesio. Puede afirmarse que la actividad biológica en esta zona es nula.
HORIZONTE D.- El horizonte D es considerado el representativo de la Roca Madre; puede estar constituido por granito, arenisca o caliza. También se conoce como “El lecho rocoso del suelo”.
Además de representar el reservorio nutritivo para una gran diversidad de organismos, el suelo desempeña un importante papel en la regulación del equilibrio ecológico; en el se presentan fenómenos de: iluviación, traslocación, deposición, erosión, lixiviación e intemperización.
Para el equilibrio de cualquier ecosistema el aspecto medular del suelo, lo representa el “reciclaje biológico de materiales”, el cual se desarrolla a partir de la mineralización de la materia orgánica, proceso que se establece a través de los “Ciclos Biogeoquímicos” del nitrógeno, carbono, hidrógeno, azufre, etcétera.

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